Cabello de ángel

Hoy os traigo la receta del cabello de ángel, de forma tradicional, como lo he hecho siempre, siempre que consigo cidra, porque la verdad cuesta trabajo conseguirlas. En Jerez hay muy pocos sitios donde las venden, de hecho tengo cinco o seis piezas en casa porque me las ha regalado una amiga, tiene un vecino que las cultiva en su casa, pero dice que se las da a los cerdos  para que se las coman, eso tiene delito. Este cabello de ángel no tiene nada que ver con el que se compra, el sabor cambia por completo, con ese toque de canela y limón  está delicioso. La receta la tengo en una libreta amarillenta del paso de los años, está  que apenas puedo leerla y creo recordar que dieron la receta en un programa de radio, pero no se  olvida porque es muy facilona de hacer. Ahí os la dejo.

Ingredientes:

1 cidra. (hice solo una porque era bastante grande)
Azúcar. (lo que pese después de cocida)
La cáscara de 1 limón y su zumo.
2  palos de canela en rama.


Elaboración:


Cogemos la cidra, la limpiamos bien y la partimos a trozos grandes, en la receta original ponía que para partirla había que tirarla contra el suelo, nunca cortarla, aunque alguna vez lo hice, tengo que decir que no hay ninguna diferencia en el resultado final, yo la corté por la mitad y luego, con el cuchillo y los dedos me ayudé para terminar de cortarla.

 La ponemos a cocer con la piel cubierta de agua en la olla exprés, durante 15 minutos desde que la válvula empieza a pitar. Una vez cocida la dejamos escurrir un par de horas y con una cuchara grande le quitamos las pipas y las hebras mas gordas  y sacamos toda la pulpa.



 La pesamos, ( esta pesó después de cocida 900 gramos ) y la echamos en una cazuela  y le echamos la misma cantidad de azúcar, le ponemos la cáscara de limón, su zumo y la canela en rama.



La ponemos a cocer sin dejar de moverla  para que no se nos pegue  y cuando veamos que se nos va despegando de las paredes de la cazuela es que ya está en su punto, en esto echaremos unos treinta minutos aproximadamente.

 Para conservarlo lo echamos inmediatamente en tarros de cristal bien limpios y secos, los cerramos y los tenemos 24 horas boca abajo para hacer el vacío.  Después de esto ya esta listo para utilizarlo en la receta que queramos.